¿EN QUÉ CONSISTE?
Cuando hablamos de Enfermedades Reumáticas Autoinmunes Sistémicas (ERAS), los reumatólogos hacemos referencia a una serie de enfermedades que tienen unas características similares en cuanto a su causa y su comportamiento. En personas genéticamente predispuestas pueden influir factores desencadenantes (ambientales o infecciosos, por ejemplo) que a su vez pueden conllevar a la aparición de la patología.
En las ERAS determinados anticuerpos se comportarán dañando elementos de nuestro propio cuerpo que reconocerán como extraños.
Se denominan “sistémicas” porque pueden afectar a numerosos sistemas del organismo (músculoesquelético, respiratorio, cardiovascular, etc.).
En una enfermedad autoinmune como el lupus eritematoso sistémico (LES), el sistema inmunológico se “confunde” y no diferencia entre las partículas extrañas (antígenos) y las propias células o tejidos, y produce anticuerpos en contra de “sí mismo”.
Además, como su nombre indica, es una enfermedad sistémica. Esto quiere decir que puede afectar a muchos órganos: piel, articulaciones, riñones, corazón, pulmones, etc., pero la mitad de los pacientes con lupus tienen afectación casi exclusiva de la piel y las articulaciones.
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Esta enfermedad inflamatoria y crónica causa úlceras dolorosas en la boca, úlceras genitales e inflamación y dolor ocular. También puede producir varios tipos de lesiones en la piel, inflamación de las articulaciones, del intestino con diarrea y del sistema nervioso, tanto central (cerebro, cerebelo, tronco cerebral, médula espinal, meninges) como de los nervios periféricos (brazos y piernas).
La evolución de esta patología suele ser intermitente, con períodos de remisión y de exacerbación, a lo largo de los años.
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Este término engloba un conjunto de enfermedades en el que la característica principal es la inflamación de los vasos sanguíneos. Como consecuencia de esa inflamación se produce una disminución del flujo vascular o incluso una interrupción completa del mismo.
Los expertos han identificado hasta once tipos de vasculitis en función de la localización de los vasos. Sus síntomas más frecuentes suelen ser: fiebre, pérdida de peso importante, afectación del estado general, y desarrollo de manifestaciones clínicas según los órganos que se afecten.
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También llamada esclerosis sistémica, es una enfermedad autoinmune crónica en la que se produce una alteración del colágeno (conjunto de proteínas que dan soporte a los órganos y tejidos del organismo) provocando que la piel se esclerose, es decir, se endurezca.
Otros órganos como los pulmones, el corazón, el riñón y el aparato digestivo también pueden verse dañados.
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Se trata de una enfermedad inflamatoria, autoinmune y crónica. Sus síntomas clínicos principales están relacionados con la destrucción de las glándulas exocrinas y se caracterizan por la sequedad ocular, bucal, nasal y vaginal. También es muy frecuente el dolor articular, muscular y el agotamiento que puede llegar a ser extremo.
A pesar de no tener cura, existen opciones terapéuticas que ayudan a controlar complicaciones, aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los afectados.
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Esta enfermedad inflamatoria poco frecuente que causa debilidad muscular extrema, por lo que puede dificultar movimientos cotidianos, como por ejemplo la capacidad para subir escaleras, levantar objetos, pararse después de estar sentado o alcanzar lugares que estén por encima de la cabeza.
El deterioro progresivo de los músculos puede conducir a la aparición de complicaciones como problemas respiratorios, complicaciones abdominales o enfermedades del corazón.
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